no ya el rigor de un odio forastero,
sino la vergonzosa tiranía
del olvido, la incuria y el dinero
El mismo Pueblo que ganara un día
su libertad al filo del acero
tanteaba el porvenir, en su agonía
le hablaba sólo el Río y el Pampero
De pronto alzó la frente y se hizo rayo
(¡era Octubre y parecía mayo!)
y conquistó sus nuevas primaveras
El Mismo Pueblo fue y otra victoria
y, como ayer, enamoró a la Gloria
¡Y Juan y Eva Perón fueron Bandera!